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Mostrando entradas de febrero, 2012

Para ser un héroe del silencio

Leía ayer una entrevista que le hicieron a la escritora Piedad Bonnett, en algunos apartes le preguntaban sobre cómo hacer para acercar más a la gente a la literatura, "Creo que toda persona que tenga un mundo interior suficientemente rico, puede llegar fácilmente a la literatura, porque esta es una época llena de ruido. No sé si la gente perciba eso, pero el ruido es el gran dominante en la actualidad(...)considero que todos los seres humanos necesitamos del silencio, de un poquito de silencio. Cuando hay silencio uno tiene la posibilidad de encontrarse más consigo mismo" , dijo, en una charla muy interesante que está en el libro, "Escribir es lo que cuenta", de la fundación La Cueva. Llenos de imágenes y de sonidos, el silencio es hoy un día un privilegio esquivo dentro de la maraña de chat por blackberry, twitter, facebook,internet y la infoxificación de la que habla Antoni Brey en su ensayo "la Sociedad de la ignorancia". Estamos más informados, pero s

Vender la casa por una película

Gracias a Dios nunca se me dio por querer hacer cine, porque me gusta hacer lo que me propongo, entonces creo que hubiera hecho hasta pa mico y eso hubiera sido muy desgastante. Es agotador en este país de tuertos, con una industria insípida que se repite tanto como el cine gringo, y que habla de cine independiente contando historias que cualquiera que no sea colombiano puede hacer ¿Existe eso de cine colombiano? En una época jugué a la escritora de guiones, pero la cosa no resultó bien. En los talleres con profesores famosos, sobre cómo escribir para televisión, te plagian las ideas en segundos. Los expertos tienen esa habilidad de armar un hilo argumental con una frase, así que la verdad, aprendí cultura general, conocí gente muy bacana y me divertí mucho, pero al final, tenía que pagar el Icetex. Luego, no sé, perdí el impulso, o me dio mamera, o simplemente lo que hago ahora me encontró a mi en medio de pretenciones peliculeras. Me hice otra película con el rollo de los Estudios

Ausencias

Cada vez tengo menos tiempo para escribir. El tiempo es tan implacable como relativo, y te revuelcas en tareas ineludibles, algunas más placenteras que otras. Estos días he hablado mucho del duelo, de personas que se van y no vuelven. A veces por la muerte, a veces porque si, porque yo misma los he despedido o porque simplemente se fueron. A veces pasa que uno no entiende por qué no regresan y se pregunta por qué se quedan en silencio cómo cuando uno se atraganta con agua. Entonces, cuando uno decide no escribir, se da cuenta que no han escrito por su propia iniciativa, sino porque siempre se han visto en la cortes posición de responder, ser remitentes, de una destinataria incoherente, que los saca del FB, pero que los piensa todos los días. Entonces, cuando esa decide callar, se liberan de la responsabilidad de escribir letras que no sienten. El vacío está lleno entonces de palabras y de personas que se pierden, que no vuelven, como la saliva que se va cuando te atragantas con agua...