En 2023 fuí diagnosticada con cáncer de mama. Este capítulo necesita ser contado para sanar, para observar, para compartir con otros mis aprendizajes. Toda experiencia es intrasferible, pero si en algo puede ayudarte...aquí vamos!
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Le hicimos un pequeño ajuste al titulo de este artículo: "Los hombres que ya no me gustan": Clic aquí
Recuerdo que cuando terminé la primera sesión de quimio le dije a mi mamá: "no quiero volver ". Mi mamá me abrazó y dijo: "lo siento, tienes que seguir, eres fuerte, vas a poder". Por eso, cuando llegó la fecha de la última sesión pasé días emocionada y no pude parar de llorar. También sentí miedo: ¿volverá? Después de esa primera quimio, estaba desesperada con dolor en las piernas, náuseas y cero apetito. Estaba sentada frente al mar con ganas de huir y me concentré en mirar las olas. Veía como van y vienen como si tuvieran un ritmo interno. El sonido, la sensación de la filigrana de la arena, me calma, me hace volver a sentir el día. En ese instante sabía que como una ola, debía regresar. La oncología moderna hace todo lo posible para que los pacientes con cáncer tengamos los menores efectos secundarios derivados de la medicación. Los "pre" hacen la magia, así que antes de colocarte la primera bolsa (mi quimio fue intravenosa) en mi caso, recibía
Cala de San Pedro, Almería, España. 2008 E ra mi primera vez y su miembro colgaba al sol. Me tranquilicé cuando vi que no era el único y que detrás de él aparecían unos cinco más de distintos tamaños. No es un bar Swinger, sin embargo se hace un intercambio de intenciones. "No te preocupes" dijo Patricia, una de mis compañeras de viaje, " en poco tiempo te aburrirás de ver tantas" dijo. Se cumplió su sentencia. En una playa nudista, la novedad dura poco y las sorpresas las brinda el paisaje. Entre lo público y lo privado, estás ahí, en medio de gente que se saluda, se toma un café, fuma, baila, nada desnuda. Confieso que solo me atreví al topless, tal vez, porque en Colombia nos críamos con mucha mojigatería y hasta en las playas públicas andar con un hilo dental bien brasileño despierta suspicacias, miradas burlonas y gestos morbosos. Los hombres más avezados solo usan la "tanga narizona" , nombre con el que se denomina aquel traje de baño que no se ve s
A veces damos las cosas por hechas, como si andar por la vida fuera no fuera extraordinario, y no nos fijamos en los detalles que tejen un mapa de puntos llenos de favores, alianzas, pactos universales que no sabemos cómo se dan. Dejamos de ver esos puntos y solo damos la gracias cuando compramos algo. Agradecer lo volvemos transaccional. En estos días de reflexión, he realizado un ritual de agradecimiento por todo lo que tengo. No le llamo "agradecer las pequeñas cosas" porque siento, que n ada puede ser diminuto si nos da de comer y nos ayuda a respirar, a andar y a lograr lo que queremos. Ha resultado muy nutritivo para el alma dar las gracias . Un día cerré los ojos y pensé en la cadena de ángeles que se juntaron a mi alrededor cuando me dieron el diagnóstico: enfermeras que agilizaban un trámite, personas que en una fila te dan un turno, una sonrisa en una sala de espera, regalos que no esperabas, mensajes de amigos que no veo hace años , oraciones de personas que n
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