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Mostrando entradas de noviembre, 2012

Morir, espabilar

Almorcé con Mariela hace dos semanas. Nos encontramos en el comedor de funcionarios. Me contó que se había preparado un rico almuerzo porque a ella le encantaba cocinar y consentirse. Tenía afán, había un articulo a medio hacer y quería encontrar el párrafo perfecto, pero no le salía, por eso decidió tomar el almuerzo, pensando en cómo esa pausa le devolvería las ideas, la creatividad, eso que le falta a la dura hoja en blanco. Nunca supe si se encontró con su párrafo perfecto, no la volví a ver hasta ayer que asistí a su funeral. Si, Mariela murió hace dos días, de un infarto, poco previsto, nada probable, silencioso, rápido, un dolor que no estaba entre los presupuestos de alguien cómo ella, activa, vivaz, reaccionaria, revolucionaria, emancipadora, creativa... Su faro era el movimiento del cuerpo, el sentir de las emociones, las respuestas certezas, el agradecer, el dar, el pensar desde el amor propio...hoy me dolió recordarla, sintiendo que espabilas y ya no estás, la vida pasa

Recuerdos del Dar

Siempre he estado rodeada de mujeres. Estudié desde los 5 años en un colegio de monjas, femenino. Mi padre murió cuando yo era adolescente,   tengo dos hermanas y vivo rodeada de amigas. En una familia totalmente matriarcal pude ver de cerca la fortaleza de las que con eufemismo, somos llamadas el sexo débil. El término debilidad, supongo, viene de la debilidad que tenemos las mujeres por abrazar a los otros con intenso amor y protección. Por las ganas infatigables de abrir el corazón por causas que parecen perdidas o por la sensibilidad para percibir lo que otros no pueden sentir con esa intuición de magas poderosas. De la debilidad por dar. Entonces vienen a mi esos recuerdos de mujeres que han decidido tener sus hijos solas a pesar del abandono de hombres temerosos, de las que han optado también por no tenerlos, y se han lamido las heridas al confrontarse con sus miedos morales internos y han sobrepasado con valentía esa despedida; también conozco bien, a esas que