Entradas

Aprender a esperar

 Los tickets de avión estaban comprados para marzo de 2023. Para ese instante mi diagnóstico fue confirmado. Todo era muy confuso, pero yo sólo pensaba: "y mi viaje?".  Un año después pude hacerlo.  Hoy empieza la segunda temporada de mi blog blog y estoy escribiendo luego de realizar un viaje de 3 semanas por Europa.  Cuando estaba subiéndome al avión, solo pensaba en todo lo que tuve que esperar, en la incertidumbre, el dolor y todo lo que transité. El viaje se convirtió en una de las grandes motivaciones para mantener la mente ocupada, el corazón activo.  Diseñaba rutas e itinerarios y repasaba los planes con mis amigos.   Una madre tiene que esperar nueve meses para conocer el rostro de su hijo y los cerezos deben esperar la primavera. Todo ocurre bajo un ritmo que muy pocas veces comprendemos.  Ante los ojos del ego todo parece una pérdida, se vuelve un caos, la oportunidad que cambia, los plazos que no se cumplen, pero ante el universo, todo lo que ocurre parece una sin

¿Por qué diciembre es triste?

Seguramente te haz pasado todo el año dando regalos materiales o espirituales como tiempo o cuidados; sin embargo, llegó diciembre, no tienes plata y te derrumbas por “no poder” suplir la demanda social de comprar y regalar muchas cosas.  También, llegó diciembre y empiezan los "balances" y listas de chequeo, como si la vida fuera solo pendientes por hacer.  Se acumulan los pesares: no hice aquello, no hice lo otro. Mucha gente se deprime en diciembre, la nostalgia se apodera de los árboles navideños y dejamos de vivir el presente.  Siempre me ha parecido que diciembre es una temporada muy comercial. El sentido de la fecha religiosa se pierde y el ego se asoma señalando que "faltó tiempo", "que no somos suficientes", "qué deberíamos estar en otro lugar". Hay muchas cosas que tienen que ver con el marketing:   todo debe pasar en diciembre: "Amar y ojalá con muchos regalos",  "viajar y ojalá a un destino caro".   A todos nos pas

Estoy en la mitad del camino.

Faltan seis meses para que todo el tratamiento termine. La primera etapa, "la más difícil", hizo el transito por mi cuerpo y mi alma y una parte de mi se quedó ahí, pedazos. Se quedaron,  el cabello, el seno derecho, dolor, abrazos, expectativas y esperanzas por lo que viene. Se quedaron también personas que decidieron salir de mi vida justo en medio del tratamiento. Me permití soltar y entender un poco más lo que significa el camino de la enfermedad en la vida de alguien y que no todo es como en las películas. No estoy segura aún si todo lleva un propósito, pero si estoy convencida que hay muchos  aprendizajes en todo lo que vives. A veces te ponen la lección muchas veces y no terminas de hacer la tarea. A veces no puedes ver lo que toca hacer. Cada camino es distinto.  Aprendí mucho de mi fuerza vital, de las cosas que estoy dispuesta hacer, aprendí a confiar, a mirarme más.  También aprendí mucho sobre Dios y el tema de la religión. No puedo entender a un Dios castigador q

La escritura como parte de la sanación: Entrevista

Cada mañana escribo lo primero que viene a mi cabeza en una libreta que tengo cerca a mi cama. Las notas que apilo durante el día las anoto en el celular e intento cada noche también dejar algunas líneas. Escribir para mi ha sido siempre una manera de trazar muchos caminos. Me ayuda, me alivia, rebaja mi dolor.  Les comparto esta entrevista que tuve en Uninorte FM Estéreo a propósito del día internacional de la prevención del cáncer de mama (octubre 19)  y en donde, particularmente, me refiero el proceso creativo como parte de la sanación. Creo que ningún proceso alternativo puede reemplazar la terapia sicológica consciente y constante, sin embargo, ayuda mucho a liberar mucha tensión, a ponerle orden a la cabeza (si esto se puede algún día) y sobre todo te muestra el arraigo que tenemos a ciertas ideas.

Lo que se va y lo que se queda

Estaba viendo fijamente el balanceo de las olas. No hay un cauce preciso, no siguen un patrón como las gaviotas y se pintan blancas sobre el agua tan fugaces, tan repentinas.  Se revuelcan y se convierten en montañas y cuando caen se llegan a parecer a un rio. No soy supersticiosa, pero unos días antes de mi diagnóstico soñé con un fuerte maremoto que arrasaba con todo ¿es posible que me pusieran en aviso? Por los días en que las olas te revuelcan y pierdes la estabilidad, tus pies se despegan de la arena y todo es movimiento. El cuerpo se escurre dentro del agua y piensas  ¿qué tan lejos estaré de la orilla?  Quedas bajo el agua y ella misma te expulsa hacia arriba. Hasta los mejores nadadores sienten miedo cuando quedan a merced del mar sin faro, recio y torpe a la vez.  En ese momento las olas se llevan mucho de ti, te dejan algunas cosas para no perder la fe, un poco de voluntad para que sigas nadando y te restriega de sal para limpiar.  Luego de las 15 sesiones de radioterapia la

Primavera

El pequeño limonario perdió todas sus hojas. Pensé que no las volvería a ver, cómo cuando se fue mi afro. En ese momento perdí la esperanza de volver a sentirlos en mi cabeza.   Por estos días, al tiempo que mi cabello empezó a asomarse de nuevo, el limonario también comenzó a florecer. La alegría va en aumento con sus sus flores blancas, hojas nuevas y brillantes y un olor intenso a un suave jazmín.  Su tallo tiene pequeños botones, que anuncian la posición de nuevos retoños. Así anda mi cabeza en estos días; y para todos los efectos, es ya primavera, aunque viva en un país en donde no hay estaciones. Es bonito hablar de transformaciones cuando la naturaleza te va mostrando su poderío.  Hace ya un tiempo que el tumor desapareció de mi cuerpo. Tuve una respuesta completa a la quimioterapia, y no queda rastro alguno de lo que algún día fue el carcinoma. Sin embargo, el tratamiento debe seguir todas sus etapas: radio e inmonuterapia. A la radio, la he bautizado "cámara de bronceo&q

y llegó el implante....piel: recuerda ser valiente

El quirófano es ese lugar lleno de ausencia, frio en esencia, en donde alguien que no conoces bien, meterá las manos en tu cuerpo.  El médico uno te duerme, te desconecta por completo del momento presente, te derrumba y sueñas sin recuerdo alguno y despiertas al día siguiente: "operada". Los demás esperan el sueño sin dolor para hacer su trabajo. En este caso, dos médicos - primero un mastólogo  y luego una cirujana plástica reconstructiva - se vuelven dueños de tu cuerpo por unas horas, toman decisiones sobre tu existencia y sólo puedes entregarte a ese momento sin vacilar. Por eso pienso que si bien cientos de estudiantes de medicina se titulan, no todos pueden ejercer, porque después de todo lo que vivido, debo decir que  ser  un buen médico es un don. He tenido la fortuna de contar con los mejores.  Llegó el implante, en el espacio vacío se impuso una nueva estética inesperada, intrusa. No es mi seno natural, pero esa herida de guerra también indica que estoy más cerca d