Terminaron las quimio...nuevo destino: la cirugía.
Recuerdo que cuando terminé la primera sesión de quimio le dije a mi mamá: "no quiero volver ". Mi mamá me abrazó y dijo: "lo siento, tienes que seguir, eres fuerte, vas a poder". Por eso, cuando llegó la fecha de la última sesión pasé días emocionada y no pude parar de llorar. También sentí miedo: ¿volverá? Después de esa primera quimio, estaba desesperada con dolor en las piernas, náuseas y cero apetito. Estaba sentada frente al mar con ganas de huir y me concentré en mirar las olas. Veía como van y vienen como si tuvieran un ritmo interno. El sonido, la sensación de la filigrana de la arena, me calma, me hace volver a sentir el día. En ese instante sabía que como una ola, debía regresar. La oncología moderna hace todo lo posible para que los pacientes con cáncer tengamos los menores efectos secundarios derivados de la medicación. Los "pre" hacen la magia, así que antes de colocarte la primera bolsa (mi quimio fue intravenosa) en mi caso, recibía
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