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Mostrando entradas de octubre, 2012

El mar tiene rincones

Llegué  a Rincón del Mar, Sucre, sin mayor prevenciones. Tan solo llevaba conmigo una pequeña maleta, la dirección del hostal donde nos quedaríamos, mis amigas y yo, y los ojos cargados de expectativa nerviosa. Es lo que uno llama un paraje, un lejos que no está en tu radar. El pueblo es pequeño, las casas raídas y sus habitantes, negros alegres, de fina dentadura blanca, pieles duras, recias, tostadas y aguerridas, de miradas dulces y certeras. Mujeres que tejen trenzas sin afán, cocinan con leña, pescadores que buscan  el diario: pescado y bastimento (yuca, arroz, ñame, papa) para luego balancearse a ver el mar, desde la vista de una hamaca tranquila, sin más intención que ver el sol caer y tomarse una cerveza al ritmo de un champeta, con ritmo, con esa sonoridad con la que mueven sus caderas sin mayor asomo de recato.  Aquí nadie sufre de colón irritable y saben poco o nada de lo que es un protector solar, la natalidad es alta, eso de ser padres ...

Tener un "peor es na"

Escucho sobre los "peor es ná", son esos compañeros, tinieblos, con los que  se sale de vez en cuando y se la llama en casos como domingos por la tarde o para ir a cine. Es esa figura que hace las veces de compañía para que te creas el cuento que no estás solo. Las personas se conforman en esos roles estáticos, se sientes impávidos ante la temida soledad y se buscan artilugios para no sentir angustia. Pero "el peor es ná", suena tan vacío, tan lejos. Podría ser un mueble, una almohada, daría lo mismo, sólo necesitamos que respire, bese y te diga cosas bonitas,  así no sea lo que quieres o mereces.  El "peor es ná" quita, no da, te agota, porque nunca está, porque da migajas, porque da lo que puede y porqué es un comodín, por lo tanto no se compromete.  Algunos quieren subirle el estatus y que ese "peor es ná" suba a categoría novio, pero ahí es cuando la cruda realidad sorprende, y ese dice que no... que no sabe.... que necesita tiempo, q...