El piropo, el acoso, el deseo.

"Mami qué culo, para reventártelo y partirlo en dos" escuché mientras caminaba por esa obra de construcción de 20 pisos que parece de nunca acabar. En mis fantasías, yo me devolví,  me enfrenté a ese hombre sucio de pintura y laca. Me convertí en una mujer gigante, me pidió disculpas, mientras todos aplaudían y se escuchaba de fondo la frase: "y ese fue el día en que murió esa mala manía de acosar a las mujeres en las calles".

En realidad, morí de pánico cuando eso pasó, caminé tan rápido que no recuerdo como llegué a mi casa  y ahora  cambio de ruta cada mañana para no encontrarlos.  A ese extremo he llegado, a no sentirme segura, ni cómoda transitando por la ciudad ¿Por qué tienes que decirle algo a una mujer que camina por la calle y que además no conoces? ¿Por qué la agresividad? ¿Por qué necesitan nombrarnos, llamarnos, chiflarnos?

Ese obrero que chifla y le habla así a una mujer, también es hijo, tal vez sea un esposo, y tenga hermanas, tías y cuñadas, pero eso no importa. Las mujeres de la familia no entran en este escenario, ni lo que eso representa. Lo urgente es su necesidad de expresar su poder en medio de la manada que chifla, le apoya y se ríe en la calle celebrando su "ternura"por las mujeres.

No me puedo quejar, luego me dirán que soy una extremista, una feminazi,  una loca exagerada.  Es normal que te digan de todo mientras caminas, hay que aceptarlo, hay que verlo como algo normal, porque así es y no va a cambiar, te dicen. Sin embargo, tiene que haber una forma en la que esos hombres comprendan la masculinidad desde otra perspectiva. Sería interesante que los mismos constructores y jefes pudieran brindarles oportunidades de formación y capacitación, ayudarles a crecer en otras obras humanas.

Si,  ahí van los obreros de edificio en edificio, sin aprender nada nuevo sobre el ser, la mirada, la violencia, las crianzas. Podría servir algún letrero o campaña para que no lo hagan.  El constructor se limita a pagar el día, a no crear ningún vinculo con esta masa de hombres ¿Donde queda la responsabilidad social de quien construye?

Esos  arquitectos e Ingenieros civiles, muchas veces famosos y adinerados, tienen a su cargo cientos de hombres durante años, y es muy raro, casi que improbable, que compartan con ellos alguna consigna educativa.  La construcción ofrece muchas ganancias económicas ¿por qué no apoyar desde la educación? Estos obreros, en muchos casos, no han terminado ni el bachillerato y provienen de familias violentas. No se generan para ellos talleres, ni reflexiones sobre el rol de la masculinidad, ni sobre la violencia, ni reciben terapias, ni son apoyados con herramientas para canalizar sus frustraciones.

Entonces van por ahí diciendo: "Te parto el culo mami, aquí delante de todo mundo lo digo, para que todos vean que tengo el poder, quizás te vas a quejar, dirán que eres una exagerada, extremista. Relax, eso no importa, todo es cuestión de acostumbrarse."

Comentarios

  1. Que bien volver a leer tus artículos, este especialmente es un tema bien desagradable, que bien hacerlo publicp

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  2. hoy ya cambiaron las cosas, de alguna manera (aunque sea un comienzo) se te cumplieron los deseos en esta entrada...

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