Una tusa y un cáncer...
Mi amiga K llevaba un par de semanas encerrada en casa llorando, tomando tequila y escuchando rancheras de Lila Down y Chavela Vargas. Tenía días de no verla, no contestaba el teléfono y su diagnóstico era: corazón roto, tusa que llaman. Sufrió una fuerte hemorragia sentimental. Cuando recibí la patología dudé mucho en contarle. Le envíaba pistas: " no me han dado respuesta aún", "todavía no saben qué tengo", "la cosa no sé ve bien, pero seguro están equivocados". Era para mí apremiante que ella no sintiera más dolor del que ya tenía. Cuando tuve todas las certezas, la llamé y le dije: " las cosas no salieron bien" . Las cosas, si, como si lo resultados de la biopsia fueran ajenos a mi. Su tono de voz cambió y ya no se sentía triste. Sentí como si hubiese despertado y dijo: "voy para allá". K se mudó a mi casa con Sherlock, su tierno perrito, para cuidarme y que yo no tuviera que moverme de mi casa. El cuarto de huéspedes les ...