Ausencias
Cada vez tengo menos tiempo para escribir. El tiempo es tan implacable como relativo, y te revuelcas en tareas ineludibles, algunas más placenteras que otras.
Estos días he hablado mucho del duelo, de personas que se van y no vuelven. A veces por la muerte, a veces porque si, porque yo misma los he despedido o porque simplemente se fueron.
A veces pasa que uno no entiende por qué no regresan y se pregunta por qué se quedan en silencio cómo cuando uno se atraganta con agua. Entonces, cuando uno decide no escribir, se da cuenta que no han escrito por su propia iniciativa, sino porque siempre se han visto en la cortes posición de responder, ser remitentes, de una destinataria incoherente, que los saca del FB, pero que los piensa todos los días. Entonces, cuando esa decide callar, se liberan de la responsabilidad de escribir letras que no sienten.
El vacío está lleno entonces de palabras y de personas que se pierden, que no vuelven, como la saliva que se va cuando te atragantas con agua...
Estos días he hablado mucho del duelo, de personas que se van y no vuelven. A veces por la muerte, a veces porque si, porque yo misma los he despedido o porque simplemente se fueron.
A veces pasa que uno no entiende por qué no regresan y se pregunta por qué se quedan en silencio cómo cuando uno se atraganta con agua. Entonces, cuando uno decide no escribir, se da cuenta que no han escrito por su propia iniciativa, sino porque siempre se han visto en la cortes posición de responder, ser remitentes, de una destinataria incoherente, que los saca del FB, pero que los piensa todos los días. Entonces, cuando esa decide callar, se liberan de la responsabilidad de escribir letras que no sienten.
El vacío está lleno entonces de palabras y de personas que se pierden, que no vuelven, como la saliva que se va cuando te atragantas con agua...
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