Despedir a una parte de mi cuerpo o ritual de agradecimiento...

 A veces damos las cosas por hechas, como si andar por la vida fuera no fuera extraordinario, y no nos fijamos en los detalles que tejen un mapa de puntos llenos de favores, alianzas, pactos universales que no sabemos cómo se dan. Dejamos de ver esos puntos y solo damos la gracias cuando compramos algo.  Agradecer lo volvemos transaccional. 

En estos días de reflexión, he realizado un ritual de agradecimiento por todo lo que tengo. No le llamo "agradecer las pequeñas cosas" porque siento, que nada puede ser diminuto si nos da de comer y nos ayuda a respirar, a andar y a lograr lo que queremos. 

Ha resultado muy nutritivo para el alma dar las gracias. Un día cerré los ojos y pensé en la cadena de ángeles que se juntaron a mi alrededor cuando me dieron el diagnóstico: enfermeras que agilizaban un trámite, personas que en una fila te dan un turno, una sonrisa en una sala de espera, regalos que no esperabas, mensajes de amigos que no veo hace años, oraciones de personas que no conozco, pero que me escriben y me dicen que me tienen en sus intenciones, en sus rosarios, en sus pensamientos sanadores.  Gracias. 

Mi trabajo es una cajita de música, he tenido el apoyo en todos mis proyectos para vivir este proceso con dignidad, apoyada, respaldada.  Uno siente un estado de vulnerabilidad muy alto, se siente muy lloroso, muy movedizo y contar con ese apoyo me ha dado mucha fuerza, amor y dulzura para el  camino.Mi equipo es un grupo de seres humanos maravillosos, de corazón grande, de miradas dulces y abrazos sanadores. Siempre estamos para apoyarnos. Gracias.

He tenido la compañía de mi amiga C y su perrito en casa, Sherlock hace parte de la terapia! C vino a casa a cuidarme en medio de una tusa super dolorosa. Debo decir que, nunca pensé que cuidarme le ayudaría con su corazón roto, pero ha sido un proceso sanador para ambas.  A C le encanta cocinar y se ha tomado el tiempo de buscar toda la información posible sobre nutrición y cáncer.  Los amigos son como grandes maestros.  Las tusas y el cuidar a otros, parece que se llevan bien. Gracias. 

Mi familia y mis amigos,  en distintas partes del mundo. Sus gestos, sus palabras, sus abrazos. Están para mi, para ayudarme y convencerme de que puedo transitar este camino.  Me arrullan con su presencia en mi vida, no me dejan tambalear.  Mi familia no se ha dejado vencer de preocupaciones, son como un motor imparable. Ahora tengo tres sobrinos nuevos  (Alicia, Juliana, Julian llegaron a acompañar a la bella Mariana) y eso ha sido tan maravilloso porque podemos poner la atención en su nueva vida y no todo gira en torno al cáncer.  Ha sido un momento de germinación y cosecha increíble. Gracias. 

Gracias a todo lo que ha ocurrido, al dolor de cada proceso médico, gracias por la comida, los medicamentos, los consejos, inclusive, los no pedidos, gracias porque he tenido un seguro médico, por las oportunidades que he tenido, por cada ángel que se ha puesto en mi camino para hacerlo más fácil. Dios, a mi dios, a mi maestro,  sin religión, sin grupos, sin biblias, sin afiliaciones, gracias por cuidarme de las piedras, por podar el camino y por mostrarme que todo es misterioso, cauto, que solo hay esplendor en cada amanecer aunque te duela el cuerpo, el sol sale todos los días.

Yo quiero agradecer todo lo que ha ocurrido, con todas la bajadas y subidas. Quiero agradecer a mi seno derecho todo lo que me ha dado durante estos cuarenta y tantos años juntos y decirle que mi cuerpo lo extrañará, pero que llegará un implante que quedará igual de bonito.  Gracias a todos los avances científicos y a personas que no conozco alrededor del mundo, que se han tomado el tiempo de investigar el cáncer y de buscar muchas alternativas como esto de la reconstrucción mamaria.  Gracias.

No soy mi cuerpo. Por alguna razón, que solo el universo conoce, esta parte de mi cuerpo debe partir.  Solo el universo conoce el proceso y los tiempos que toma una semilla en tierra para germinar o morir. Así también ha dotado a el cuerpo de un potencial infinito de regenerarse y sanar, de perder, de ganar, de cicatrizar, de reponer los faltantes. 

Mi cabello, mi seno, todo ha cambiado, puede que se vean cómo pérdidas extraordinarias, pero está la vida entera para compensar, espero cosechar más tiempo para honrar esa oportunidad.