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Mostrando entradas de 2024

¡Toqué la campana!

 Rituales. Sabía que todo el tratamiento había sido un éxito, pero ansiaba tocar la campana. Experimentar este mágico ritual de culminación  de las visitas regulares a la clínica y te confirman que no hay rastros de cáncer en tu cuerpo.  Ahora estoy en seguimiento cada 3 meses.  La sala estaba llena de muchos amigos, mi amado equipo CEDU, colegas de otras oficinas de la universidad,  mi familia, mi red de apoyo ahí presente.    Interrumpimos la rutina de toda la unidad oncológica con mucho ruido, música, regalos y alegría.  Los médicos estaban un poco impacientes con toda la muestra folclórica que llevamos, pero mi corazón estaba feliz y agradecido.  Lloré mucho, no podía hablar, las lágrimas cortaban mis palabras y me atragantaba de emoción.  Como si estuviera en una película que hace un flashback pude mirar todo eso que pasó. En esa línea de tiempo hay momentos muy duros, la debilidad, perder el norte, abrazarte con el dolor y con la d...

Ahora soy sobreviviente...todos lo somos...

 Cuando la enfermera sacó el último catéter de mi brazo izquierdo, no pude evitar llorar.  Mi camino había terminado, el desierto que estaba transitando, esa gran ola, esa montaña que se veía muy lejos, llegó al final. Tuve la última inmunoterapia el martes 28 de mayo. Estaba sobresaltada, tanto, que empecé con una fuerte gripa. El pelo ha comenzado a asomarse en distintas direcciones y no sé bien qué rumbo va a tomar, las marcas en la piel encuentran nuevas formas de camuflarse y mis hormonas no sé donde están. A partir de ahora me llaman sobreviviente . De algún modo, todos los somos, abrimos los ojos al amanecer y hemos vencido a la muerte una y otra vez, nos hemos levantado del desamor, del desprecio, de la violencia de los otros, y alguna vez también transitamos dolor.   A todos nos pasa que queremos batallar contra todo eso que no queremos aceptar, pero que hace parte de esta vida super incomprensible. Una amiga me dice que siga revisando el tema de los afectos; hic...

Una tusa y un cáncer...

 Mi amiga K llevaba un par de semanas encerrada en casa llorando, tomando tequila y escuchando rancheras de Lila Down y Chavela Vargas. Tenía días de no verla, no contestaba el teléfono y su diagnóstico era: corazón roto, tusa que llaman. Sufrió una fuerte hemorragia sentimental. Cuando recibí la patología dudé mucho en contarle. Le envíaba pistas:  " no me han dado respuesta aún", "todavía no saben qué tengo", "la cosa no sé  ve bien, pero seguro están equivocados". Era para mí apremiante que ella no sintiera más dolor del que ya tenía. Cuando tuve todas las certezas, la llamé y le dije:  " las cosas no salieron bien" .   Las cosas, si, como si lo resultados de la biopsia fueran ajenos a mi. Su tono de voz cambió y ya no se sentía triste.  Sentí como si hubiese despertado y dijo: "voy para allá". K se mudó a mi casa con Sherlock, su tierno perrito, para cuidarme y que yo no tuviera que moverme de mi casa.  El cuarto de huéspedes les ...

Aprender a esperar

 Los tickets de avión estaban comprados para marzo de 2023. Para ese instante mi diagnóstico fue confirmado. Todo era muy confuso, pero yo sólo pensaba: "y mi viaje?".  Un año después pude hacerlo.  Hoy empieza la segunda temporada de mi blog blog y estoy escribiendo luego de realizar un viaje de 3 semanas por Europa.  Cuando estaba subiéndome al avión, solo pensaba en todo lo que tuve que esperar, en la incertidumbre, el dolor y todo lo que transité. El viaje se convirtió en una de las grandes motivaciones para mantener la mente ocupada, el corazón activo.  Diseñaba rutas e itinerarios y repasaba los planes con mis amigos.   Una madre tiene que esperar nueve meses para conocer el rostro de su hijo y los cerezos deben esperar la primavera. Todo ocurre bajo un ritmo que muy pocas veces comprendemos.  Ante los ojos del ego todo parece una pérdida, se vuelve un caos, la oportunidad que cambia, los plazos que no se cumplen, pero ante el universo, todo...