Algunos "detalles" que nadie te dice de París...

París, Septiembre de 2007


"La comida francesa es horrible, llena de congelados y cosas tiesas. Nadie nos cree, pero para comer como en las películas, hay que tener más de 50 euros. Es la ciudad de las filas y hay demasiados turistas clásicos pululando como abejitas y eso cansa. Lo único que puedo decir de París, es que, si, es hermosa, pero nunca iría en plan para descansar o pasar una luna de miel".

  • Mis guías en París: Carolina y Margarita* (inmigrantes, sin plata)
  • Presupuesto: menos de 100 euros para un fin de semana.
  • Hotel: ático en una mansión parisina.
  • Cama: piso duro, colchoneta
  • Comida: sanduches de queso en la maleta
    Presento a mis guías:
  • Carolina y Margarita llevan un año trabajando como niñeras en un exclusivo sector de París. Carolina, Caro, como me gusta llamarla, estudió Veterinaria y Margarita es periodista de la Javeriana. Ambas, bogotanas, decidieron partir a Francia para estudiar un segundo idioma y vivir en una de las ciudades más bellas del mundo. Hasta ahí suena todo muy bien.
  • "Es breve eso de ser niñera", les dijeron. "Solo es cuidar chinos y el resto del tiempo pueden viajar, aprender francés, estudiar, vivir la cultura francesa" añadieron, todos los que apoyan estos viajes del sueño americano o europeo y del "váyase a lavar platos que la plata lo es todo en la vida". Cuando llegué a Madrid lo primero que hice fue ir a visitarlas y conocí París de forma distinta.
    Ser niñera, no es ni tan, chic, ni tan fácil como parece. Han cambiado de familia varias veces y conocen a la perfección las Desperate House Wifes francesas, que es el nombre con las que han decidido llamar a sus jefas, por aquello del status.
    Caro y Margarita además del Francés y todo lo que supone estar de viaje, conocen bien a estas amas de casa parisinas, sus histerias, temas y paranoias. Les ha tocado aprender a callar niños que no son suyos, y a vivir en los áticos de las grandes mansiones, que es donde viven los estudiantes, Au Pairs, inmigrantes y todo aquel que no tenga como pagar un estilo de vida costoso.
    El espacio es súper reducido, tanto como un baño. Ellas han contado con suerte, "por lo menos" su ático tiene una ventanita que les permite ver algunas nubes porque la forma geométrica no les da para ver hacia otros ángulos, solo para arriba, y además no comparten el inodoro – el toilette - del corredor, con 10 personas, sino sólo con 5.
    Adentro, en el ático – especial en este caso – tienen ducha, closet, televisor, y una pequeña cocina, entonces para usar el toilette (es un baño por partes!) en pleno invierno, debes aguantar frío y contar con la bendición de que ninguno de los vecinos esté de diarrea. Carolina decidió comprarse una mica o vacenilla porque dice que no va a aguantar más las ganas de orinar hasta la mañana.
    Pero ojo: ellas reciben vivienda, comida y unos 300 euros en efectivo. Estudian francés y por las tardes cuidan a estos niños…. " y sale".
    "Sus hijos" franceses
    La niña que cuida Carolina es gritona y nunca hace caso. Debe llevarla a la cama a las 8 de la noche, pero desde que empezó a trabajar en esta casa ha sido imposible cumplir la orden de "la patrona", en francés es así tal cual, pero se las ha ingeniado para que la nena no grite tanto. Cuando está embobada en el televisor, le abre la boca y con un vaso le lava los dientes y la niña parece una marioneta.
    Después le pone el pijama sentada sin quitarle la visión de la pantalla y acto seguido le ruega para que se vaya a la cama antes de que llegue la mamá. La mayoría de los niños que han cuidado hasta ahora nunca se bañan en la mañana, solo por la noche, por lo que es común que vayan a estudiar con la almohada pintada en la cara, lagañas enmarañadas en los ojos y algo de chucha o grajo preadolescente. Poco importa, son franceses y millonarios, o más bien, millonarios y franceses, así que aunque no se bañen y ellas les expliquen que en Colombia uno se baña bien y bastante, en situaciones normales, no lo harán.
    Caro y Margarita son niñeras, pero viven en sectores super caros, porque nadie con ingresos medios podría pagarles. Así que esto de tener niñera es exclusivo de los ricos parisinos. Ellas viven con los ricos, pero no como ellos.
    Así que los niños deciden no hacer tareas y además botan la comida congelada que ellas les sirven. Ante esta situación, Margarita opta por volver a la cantaleta de la madre colombiana " hay niños, no hagan eso", les dice. "En el mundo hay muchos ahora que se acuestan con el estómago vacío"... y todo lo que sigue: "La vida da muchas vueltas, hoy tienen, mañana no se sabe…" todo esto en francés; cantaleta colombiana afrancesada.
    Oliver, su hijo adoptivo, después de escucharla, solo la mira y sigue jugando con la comida, le pide mecato y ella queda con la certeza de que este niño con la vida materialmente resuelta, jamás volverá a hacerse esta reflexión.
    El recorrido
    Caro y Margarita, o cualquier inmigrante puede tener una visión bastante distinta de lo que es esta ciudad. "Paris es de los turistas", dicen. "Cuando ya vives aquí, es otra cosa. El espacio para vivir es súper reducido y costoso, los precios de la buena comida y la ropa son inalcanzables". De ahí que dijéramos "la comida francesa es horrible, llena de congelados y cosas tiesas. Nadie nos cree, pero para comer como en las películas, hay que tener más de 50 euros".
    La moda "en la ciudad de la moda" no es que se vea tan fácilmente. A ellas como al resto de gente,"normalita", les toca uniformarse de Mango o Zara (qué acá nos la venden como de lujo). En cuanto al cabello extrañan hasta los salones de belleza en Colombia que por 15 mil pesos te hacen "shampoo, corte y cepillado". Margarita optó por hacerse el tinte en la casa de una amiga, que si tiene lavamanos, porque el lavaplatos solo aguanta para lavarse también los dientes.
    Cuando llegué a su ático comprendí que no haría un recorrido turístico normalito o común. No hicimos ninguna fila...es la ciudad de las filas!y hay demasiados turistas clásicos pululando como abejitas y eso cansa. Me divertí mucho escuchando las explicaciones de cada monumento dadas por Margarita y Carolina: "bueno, este puente es importante, pero ...no sé por qué".
    Nuestro recorrido incluyó lo clásico, pero desde afuera: mucha calle y pocos museos, y rematamos el día en el café donde rodaron Amelie, la película que nos gusta a las tres.

Después de hacer un paseo real, lo único que puedo decir de París, es que si, es hermosa, pero nunca iría en plan para descansar o pasar una luna de miel, ¿cómo pueden decir que es romántica?
Tal vez esa es la sensación que queda luego de hacer turismo no clásico y con poco dinero, la ciudad es costosa, el metro es sórdido y sucio y los turistas con cámara son una pesadilla. No me siento culpable diciendo esto y volvería nuevamente a hacer este turismo, sin filas y con pocos museos. Disfruté un recorrido de la mano de quienes la tienen que vivir a pie, trabajando, viviendo como inmigrantes en una de las ciudades más caras del mundo. Me gustó esta clase de recorrido y la verdad NO hace falta ver lo que todos ven.

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