Tiempo:
Ahora tengo más urgencia de vivir y por eso se me hacen injustas todas esas horas sentada en las sesiones de quimioterapia. Pareces detenerte en esas cinco o seis horas. Veo el gotero de los sueros caer de manera escasa. No me rindo, y aprovecho para meditar, escuchar podcast, ver series, hablar con mi tía y mi mamá , leer, pintar mandalas, chatear ,
dormir, ir al baño muchas veces por la cantidad de líquido que entra por mis venas. Lo más difícil de todo esto es mantener la mente en alta
vibración. No todo es en estado zen, y no tendría por qué serlo. Experimento en un día muchas emociones juntas y diversas y me estoy dando la licencia de sentirlas todas.
Recibo regalos, amigas bellas me envían almuerzos o meriendas que
no solo es comida, es amor. He recibido libretas maravillosas para
escribir diarios, flores adornadas especialmente para mi con dulzura. Me llegó un libro de mandalas y hasta agua de coco desde Australia a través de una amiga que vive allá y que buscó mensajero en quilla. Leo algunas cartas. Se siente denso igual, porque tu tiempo,
me estás dando una oportunidad de vivir a través del tratamiento, pero
impones una pausa en mi destino.
Porqué
estar ahí, en calma, con la vena canalizada - con medicamentos altamente
criticados y con variados efectos secundarios - es una ironía porque estoy
sanando, si, pero más parece una batalla sin un contrincante de carne y hueso, o si, dicen que el tumor tiene patitas. No me opongo a esperar, pero a veces me siento más contra las cuerdas.
Te escapas entre los dedos, te perdemos en conversaciones insulsas o discusiones sin fin y ahora pienso que te desperdiciamos mucho en fantasías, en humo, en palabras que no sirven, en charlas pretenciosas que no escuchamos genuinamente, en acciones repetitivas que no entendemos bien porqué las hacemos, en correos sin destinatarios. En darle importancia a gente que no te quiere o desaparece de tu vida, en responder mensajes sin pensar, en hablar más con la pantalla que con rostros reales, en juzgar.
Si, también te sientes muy breve cuando el sol cae y le da espacio a
la luna, vas muy rápido. En ese instante, es imperativo mirar con quietud
el horizonte para fijar colores, las manchas en el cielo, algunas
estelas, el color rojizo que ninguna pintura puede duplicar, el asombro. Qué bueno sería tener ese afán solo para ver atardeceres. Te siento veloz, cuando lloro con esta maleta tan pesada y cuando seco mis lágrimas porque hay que seguir. Son fragmentos.
Eres fugaz cuando amamos, eres tortuoso cuando enfrentamos el desamor y cuando el amor desaparece sin decir adiós, y te dejan colgando de una cuerda floja sin arnés, porque ahí te juntaste con las expectativas no cumplidas y eso es una daga afilada. Deseos se desvanecen y se hacen barcos de papel sin mar.
No te gusta apurar el paso, cuando los malestares del tratamiento están
duros y me hacen pensar en tomar un vuelo e irme a cualquier lado y no
volver. Querer huir se me hace válido. Esa sensación de escapar se hace inerte porque en realidad no hay un camino.
Vas de afán cuando vamos de regreso de un viaje, porque ya sabemos el camino y no tenemos expectativas, la ansiedad ha bajado, lo hemos visto todo - aunque no sea cierto - y quitamos la atención de los pequeños detalles como que una nube nunca es igual a la otra.
Te haces extenso también y amarillo y brillante, cuando recibo todo el cariño
de mis ángeles de la guarda, personas de carne y hueso que aparecen
para darme consuelo o un palabra de aliento o prestarme ayuda invaluable, cuando te conviertes en el mejor regalo que me pueden dar ahora te vuelves infinito. En esos momentos siento que detienes para que pueda
recibir este amor, el real, ese que no escapa.
La angustia que impones, se posa en el hombro con ganas de querer saberlo todo: ¿qué pasará con la cirugía? ¿mi cuerpo será el mismo? ¿cómo será todo al
terminar? ¿Va a terminar? ¿hay una fecha? cuándo llegan todas esas preguntas irreversibles y compulsivas, pienso, que tu tiempo, eres una ilusión
que no tiene respuestas, pones los interrogantes, entregas mucha incertidumbre y pones el
presente para vivirlo como si fuera el último día, y tal vez, si, tal
vez, sólo tenemos un día o menos. El cáncer te pone a creer que yo estoy más cerca de morir, pero en realidad todos sin ninguna enfermedad, podemos irnos en cualquier momento y ahí, es cuando nos volvemos humildes y bajamos la cabeza ante la finitud del cuerpo que le da hogar al alma.
Tiempo: ahora tengo más urgencia de vivir, pero el cáncer y tu no
entienden de apuros, paciencia me dices, mientras caigo en cuenta que soy
ahora una paciente ¿ Vale la pena esta sala de espera?.
Tiempo : te vuelves infinito cuando te conviertes en el mejor regalo que me pueden dar ahora
Por eso dicen ahora y siempre que el tiempo es oro. Tu eres testimonio mi 🌼 gracias al universo a Dios pq juntas todo el tiempo. te amo
ResponderEliminarEl mejor regalo es el tiempo. Contigo aprendí a valorar más lo que realmente importa en la vida. Gracias por ser esa luz.
ResponderEliminarSiempre valdrá la pena !! Acá estamos todos contigo en esa “sala de espera”
ResponderEliminarA tu lado , luchando , amándote y admirándote cada día más !!! Te amamos hermana 🙏🏻🙏🏻🙏🏻
Sumergida en tus palabras veo una orden : dejar el afán. Hoy estoy, estaré más tarde? . No sabemos. Para ti el cáncer para mi la vejez, tu tienes esperanza. Así que no hay de otra: palante es pallá ❤️❤️
ResponderEliminarClaro vale la pena!! No estás sola y tienes mucho amor para dar y recibir de todos los que te queremos. Gracias por compartir tu vivencia y a través de este blog ayudarnos a reflexionar cómo estamos aprovechando nuestro tiempo quizás en forma superflua o dando sentido a lo que hacemos. Eres una guerrera, te abrazo con mis oraciones a diario.
ResponderEliminarUna belleza de texto que nos hace pensar en lo efímero que es el tiempo y cómo lo dejamos pasar ante la ilusión del control.
ResponderEliminarMi Edna hermosa, mi niña que sabe vivir con intensidad, que valiosas tus palabras no sólo para quienes transitan un camino similar al tuyo, sino para todos, lo importante es entender esa frase trillada que el presente es un regalo y que debemos vivirlo a plenitud... Lo único q jamás podremos recuperar es el tiempo desperdiciado. Ánimo.... Ya verás q en unos días recordarás está fase de tu vida como un tiempo de muchosss aprendizajes y gran crecimiento
ResponderEliminarBella Edna hoy en la madrugada me encontré con tu perfil en Instagram y de verdad que juraba que te seguía ( ya lo hago) y leyendo me di cuenta de la batalla tan grande por la que has atravesado y la valentía con la que lo has hecho.
ResponderEliminarEres una privilegiada porque a pesar del otoño que iniciaste en abril pasado, la vida te dado la oportunidad de replantearte, de reencontrarte, de reconciliarte, de disfrutar de la amistad, de la familia y de atesorar esos maravillosos momentos con tu grupo de apoyo, que ha transformado ese otoño en una primavera.
La lucha sigue, lo sé, espero poder aportar desde la distancia con mis oraciones y desde la cercanía, si me lo permites, dándote un abrazo apretado.
Gracias a esa batalla que has atravesado tus ojos tienen una luz y un brillo especial. Aunque hayas vivido el otoño recuerda que siempre llega la primavera. Y que siempre, es hoy! Te quiero ❤️